Miércoles, 7 de septiembre de 2016
Un Estudio Bíblico por Jack Kelley
En Señor nos dio un vistazo muy completo de los tiempos del fin a como se relacionan con Israel. Generalmente a eso se le llama el Discurso del Monte de los Olivos porque Él les estaba hablando a Sus discípulos en el Monte de los Olivos. Eso sucedió un par de días antes de Su arresto, y ellos le preguntaron sobre el fin de la era. La narración de Mateo la encontramos en Mateo 24—25. La de Marcos está contenida en el capítulo 13. La versión de Lucas es un poco diferente en que también incluye una profecía sobre la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C. Esto se encuentra en el capítulo 21. (Lea el artículo “Los Tiempos Del Fin Según Jesús”.
Puesto que el Señor estaba contestando preguntas sobre el futuro de Israel y Su Segunda Venida, el enfoque era decididamente judío, así que aquí no aprendemos nada sobre la Iglesia al estudiarlo. Pero al comprender cómo es que las cosas van a progresar para Israel nos da el contexto que hace que las profecías de Pablo para la Iglesia en los tiempos finales, las cuales llegaron 20 años después, sean más fáciles de entender. Las cartas de Pablo a los tesalonicenses, escritas cerca del año 51 d.C. oficialmente introducen la noción del Rapto y su momento para la primera iglesia, y contienen la información que aclara sobre el anticristo y la remoción del Espíritu Santo también. La Segunda Venida se menciona en todos los capítulos de esas dos cartas, en un promedio de uno en trece versículos. (Lea el artículo “Los Tiempos Del Fin Según Pablo”.
En Lucas 17:20-37, el Señor nos dio una información adicional sobre el momento de Su venida la cual generalmente se pasa por alto. Pero después que ustedes hayan obtenido la perspectiva judía del Discurso del Monte de los Olivos y la perspectiva cristiana de las cartas de Pablo, ustedes podrán utilizar Lucas 17 para verificar su entendimiento de los tiempos finales, y así ver si ustedes lo tienen correcto. El hecho de que Lucas 17 comparte algún lenguaje con el Discurso del Monte de los Olivos nos da una pista de que están relacionados los dos. Entonces veámoslo.
“Cuando los fariseos le preguntaron cuándo había de venir el reino de Dios, él les respondió: «El reino de Dios no vendrá con advertencia, ni se dirá: “Aquí está”, o “Allí está”; porque el reino de Dios está entre ustedes.»” (Lucas 17:20-21).
Desde el principio el Señor se asegura que estemos poniendo atención. Eso llega en la forma de la palabra traducida como “entre”. Él les estaba respondiendo a los fariseos quienes le habían hecho la pregunta, y el Reino de Dios no estaba entre ellos porque no eran creyentes. Entonces, ¿qué es lo que Él está tratando de decirnos? Resulta que esa palabra también significa “en medio de”, y el Reino estaba en medio de ellos. Él era la personificación del Reino y Él estaba frente a ellos.
Para los fariseos solamente era cierto que el Reino esteba entre ellos. Pero una vez que el Espíritu Santo fue dado, el Reino también estaba entre todos los creyentes. En ese momento ambas interpretaciones serían ciertas. El Reino de Dios está entre nosotros, y nosotros estamos en medio del mundo. Esta es la fase espiritual o invisible del Reino. Pero como lo veremos, esta no es la fase final.
“A sus discípulos les dijo: «Llegará el tiempo cuando ustedes querrán ver siquiera uno de los días del Hijo del Hombre, y no lo verán. Les dirán: “Está aquí”, o “está allí”, pero no vayan ni los sigan. Porque como el relámpago que al fulgurar resplandece de un extremo del cielo hasta el otro, así también será el día del Hijo del Hombre. Pero primero es necesario que padezca mucho, y que sea desechado por esta generación” (Lucas 17:22-25).
Después de haber sido rechazado y ejecutado por los líderes de Su generación, el Señor partiría, y solamente la fase invisible del Reino permanecería. Y se llama la Iglesia. Pero luego Él retornará y cuando lo haga no habrá ninguna duda. La Segunda Venida iluminará todo el cielo, y la fase visible del Reino empezará.
Esta es una pista sobre el porqué la Iglesia e Israel se excluyen mutuamente en el mundo. El Reino de Dios empezó con Israel. Dios hizo que Moisés dijera: “Si ahora ustedes prestan oído a mi voz, y cumplen mi pacto, serán mi tesoro especial por encima de todos los pueblos, porque toda la tierra me pertenece. Ustedes serán para mí un reino de sacerdotes y un pueblo santo. Estas mismas palabras les dirás a los hijos de Israel” (Éxodo 19:5-6).
Pero entonces, debido a su desobediencia le fue quitado a Israel y dado a la Iglesia. En Mateo 21:43 Jesús dijo: “Por tanto les digo, que el reino de Dios les será quitado a ustedes, para dárselo a gente que produzca los frutos que debe dar.”
Pero esto no sería permanente. Después que la Iglesia desaparezca, el Reino le será restaurado a Israel. La primera Iglesia entendió esto, como es evidente en la profecía de Jacobo en Hechos 15:13-18 en donde dijo que Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para Su nombre y después de esto volverá y reedificará el tabernáculo de David que está caído. Más tarde Pablo confirmó esto al decir que Israel había sido endurecido en parte hasta que haya entrado la totalidad de los gentiles, y entonces Israel será salvo (Romanos 11:25-27).
Los días de Noé
“Tal y como sucedió en los días de Noé, así también sucederá en los días del Hijo del Hombre. La gente comía y bebía, y se casaba y se daba en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca; entonces vino el diluvio y los destruyó a todos” (Lucas 17:26-27).
Como era en los días de Noé muchas personas en la tierra al final de la era serán ignorantes de que la vida como la conocen está por terminar, y no es porque no hayan sido advertidos sino porque no han creído a las advertencias. Noé se usa como un modelo del remanente creyente de Israel del final de la era, preservado a través de los juicios mientras el mundo es destruido. Noé y su familia permanecieron en el lugar general del juicio mientras que los incrédulos fueron destruidos por el diluvio.
Al final de la era el remanente creyente de Israel permanecerá en el lugar general del juicio pero será preservado mientras el Señor destruye completamente las naciones a su alrededor. Y hablando sobre el momento del tiempo de angustia para Jacob (la gran tribulación) en Jeremías 30:11 el Señor dijo,
“Porque yo estoy contigo para salvarte, dice el SEÑOR, y destruiré a todas las naciones entre las cuales te esparcí; pero a ti no te destruiré”.
En el lenguaje simbólico de Apocalipsis el remanente judío es representado por una mujer, mientras que Satanás es llamado la serpiente.
“Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo” (Apocalipsis 12:14).
El Señor usó esta misma terminología para describir la manera por la cual liberó a Israel del ejército de Faraón en el Éxodo. “Ustedes han visto lo que he hecho con los egipcios, y cómo los he tomado a ustedes y los he traído hasta mí sobre alas de águila” (Éxodo 19:4).
Los Días de Lot
“Lo mismo sucedió en los días de Lot: la gente comía y bebía, compraba y vendía, plantaba y edificaba casas; pero cuando Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos” (Lucas 17:28-29).
A primera vista esto parece como otro ejemplo similar. Pero en realidad es muy diferente. Lot fue alejado del lugar del juicio a un lugar seguro. De hecho los ángeles que fueron enviados para sacarlo expresaron que no podían ejecutar el juicio sobre Sodoma y Gomorra hasta que Lot estuviera lejos y seguro (Génesis 19:21-22). Lot fue rescatado del derramamiento de la ira de Dios sobre Sodoma y Gomorra antes de que iniciara.
En este sentido, Lot se convierte en un modelo de la Iglesia. Pablo explicó que la Iglesia sería rescatada del momento de la ira de Dios sobre la tierra también. “porque ellos mismos hablan de lo bien que ustedes nos recibieron, y cómo se apartaron de los ídolos y se volvieron al Dios vivo y verdadero, para servirlo y esperar de los cielos a Jesús, su Hijo, a quien Dios resucitó de los muertos, y que es quien nos libra de la ira venidera” (1 Tesalonicenses 1:9-10).
La palabra griega traducida “de” en el versículo 10 significa que seremos removidos del momento o lugar o de cualquier otra relación con la ira venidera. Igual a como fue con Lot y el juicio de Sodoma, nosotros tenemos que estar lejos y seguros antes de que los juicios de los tiempos finales sobre la tierra comiencen.
Con frecuencia he dicho que Jesús no enseñó la doctrina del Rapto ni tampoco se lo mencionó a Sus discípulos. Pero si ustedes ya saben que sucederá pronto, pueden encontrar algunas pistas en los Evangelios. Esta es una de ellas, y al usar a Lot como modelo el Señor confirmó el momento. Antes del juicio.
Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste. En aquel día, el que esté en la azotea y tenga sus bienes en su casa, que no baje a tomarlos; y el que esté en el campo, que no regrese a su casa. ¡Acuérdense de la esposa de Lot! Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará. Yo les digo que esa noche, si dos están en una cama, uno de ellos será tomado, y el otro será dejado. Si dos mujeres están moliendo juntas, una de ellas será tomada, y la otra será dejada. Si dos están en el campo, uno de ellos será tomado, y el otro será dejado.»
Entonces le preguntaron: «Y eso, Señor, ¿dónde ocurrirá?»
Y Jesús les respondió: «Donde está el cadáver, allí se juntan los buitres.»” (Lucas 17:30-37).
En Mateo 24:17-18 Jesús le advirtió a la gente que estuviera viva al comienzo de la gran tribulación de no regresar a sus casas para nada sino que huyeran rápidamente, entonces es razonable asumir que Él quiso decir la misma cosa aquí. No tendría sentido que Él estuviera hablando del propio día de Su retorno porque para entonces ya sería demasiado tarde el huir. Aquellas personas que se aferran a los estilos de este mundo al principio de la gran tribulación se darán cuenta que lo perderán todo. Pero aquellas personas que los abandonen a favor del mundo venidero ganarán la vida eterna. Creo que la esposa de Lot es un modelo gráfico de las personas cristianas “de nombre solamente” que van a la iglesia y aun hacen muchas obras buenas, pero no han nacido de nuevo. A pesar de que afirman ser cristianas, su corazón permanece añorando las cosas de este mundo. Cuando llegue el momento estas personas se quedarán atrás, y muchas de ellas perecerán en los juicios de los tiempos finales.
Y como en Mateo 24:40-41 la palabra traducida “tomado” literalmente significa recibido, y la palabra para “dejado” significa poner a un lado, como en un divorcio. Después que el Señor retorne, algunas personas sobrevivientes de la tribulación serán recibidas directamente en el Reino. Estas personas se hicieron creyentes después del Rapto y serán bienvenidas en el Reino como recompensa. Pero aquellas personas que han persistido en mantenerse en su incredulidad serán puestas a un lado, fuera del planeta, en el lugar preparado para el diablo y sus ángeles (Mateo 25:41). Esta declaración resume los juicios que el Señor va a conducir justo después de Su retorno. Mateo 25 los describe en detalle.
Algunas personas encuentran un montón de simbolismos en los comentarios sobre los cuerpos muertos y las águilas, pero yo lo veo como una sencilla parábola. Las aves de rapiña no se juntan en ningún lugar en el cielo excepto sobre cuerpos muertos. Los cuerpos muertos son en realidad el propósito de que se junten, porque es donde estas pertenecen. El uso de esta parábola era solamente la forma del Señor para contestar la pregunta de Sus discípulos, “¿Dónde, Señor?” Él dijo que cada grupo sería reunido en el lugar que le pertenecía.
Así que en Lucas 17:20-37 el Señor explicó las dos fases del Reino, la fase invisible (la Iglesia) y la fase visible (el Reino Milenial). Él dijo que se iría y luego regresaría, y que Su Segunda Venida sería física como lo fue Su primera venida. Él también dijo que habría un remanente de creyentes preservado a través de los juicios del tiempo del fin antes de Su retorno (Israel), otro grupo de creyentes que sería removido a un lugar seguro antes que empezaran los juicios (la Iglesia), y un grupo de sobrevivientes de la gran tribulación. Después de Su retorno, algunos de los sobrevivientes de la gran tribulación serán recibidos en el Reino como recompensa por haber creído, mientras que el resto será enviado al lugar preparado para el diablo y sus ángeles por haberse rehusado a creer. Esto es un repaso asombroso de la gran tribulación y la Segunda Venida. Ya casi se escuchan los pasos del Mesías. 15-01-11